**....ToDos TIeNeN Su VoZ....**

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sábado, 14 de agosto de 2010

Mentes Peligrosas (2 parte)

-¿Qué te paso?- se apresuró en decir mientas sentía sus cuerdas vocales tensionadas por el dolor. Pedro no respondió. Ana prosiguió temerosa la muchacha - ¿ qué fue, mi amor?-.
Al oír esas palabras, Pedro recuperó mágicamente su mirada diferente, pero habitual.
- Pen, pen pensé que me habías abandonado, y por eso no tome la medicación-.
-¡Cómo puedes decir eso!, ¡Yo nunca, nunca lo haría!- dijo Ana con los nervios crispados.
- Se me complicó con el resfrío- y trato de reírse, Pedro, pero terminó tosiendo compulsivamente, Ana le ofreció agua, éste se la acepto.
- Sos medio loco, ¿no?- y estallaron en risas, ambos.
-Pensé que te perdía- deslizó Pedro cariñosamente.
-¡Shhh! No lo digas, es mas, ni lo pienses, yo soy tuya, tú eres mío.- y se señaló el corazón Ana.
Comenzó a acariciarles los rubios cabellos, estirándoselos hacía atrás, ese día estaban desobedientes.
- Te amo- se sinceró Pedro y Ana sintió que el cerebro, corazón y alma se le rompían, como frágiles cristales.
- Pensé que nunca lo dirías. Yo también te amo,- se confesó Ana y le dedicó un beso aéreo.
En los ojos de Ana se distinguí esa llama pasional, tan característica de ella, que terminó contagiando como un virus, a Pedro, quien también, estaba locamente enamorado, sí literalmente loco, a tal punto que decidió auto internarse.
- ¿Cómo está el día afuera?- quiso saber el muchacho.
- Triste porque no estas vos- respondió Ana con esa ternura que solo esa personita recibía secretamente. No satisfechos con un beso aéreo, probaron con el real, dos masas ardientes, sus bocas, chocaron con tanta dulzura, que sintieron gusto a miel.
Pedro seguía internado en el hospital San Benito, mientras que Ana intentaba fugarse de la casa por escasas horas para verlo.
Lo que ocurría, era que sus padres no sabían a donde iba, por cuanto tiempo se quedaba, cosas esenciales, que deben saber los padres, para poder confiaren sus hijos. Llegó por fin al hospital, preguntó por Pedro, como lo hacía rutinariamente, la atendió el guardia vestido de gris humo.
- Ya sé, no me diga... lo busca a los Pet, ¿verdad?- se adelantó el guardia.
- Afirmativo- contestó Ana, haciendo gala de humorista en una clínica psiquiátrica. El guardia la miró consternado: “ nunca más lo hago” pensó el hombre. Ana nunca supo su nombre.
Todos los días eran los mismos, tomar el autobús, registrarse, entrar. Lo que cambiaban eran sus charlas con Pedro, las cuales seguían un patrón: cariñosas, dulces, irreales.
- Te quiero- decía él, -yo te quiero más- competía Ana. Y así pasaban horas.
Dándose besos apasionados que llenaban el espíritu de paz amor, y jovialidad, mucho más de la cual ya poseían...

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Hola chicas bueno aca estamos con otro capitulo de mentes peligrosas,espero q les guste y comenten.
Tambien les queria decir q les agradecemos muchisimo a los seguidores ya q llegamos a 30 y nosotras nunca pensabamos q iva a llegar hasta ese numero! y a sus comentarios ya que nos alegran el dia y nos dan fuerza para seguir publicando.
Bueno eso es todo,les dejamos Saludos...

lunes, 12 de julio de 2010

Mentes Peligrosas (1 parte)

Llegó el ansiado mediodía y Ana recuperó su libertad. Toco la puerta de la casa de su amiga y corrieron en dirección hacia la esquina.
La casa de los Pet estaba cubierta de tierra y vacía, nadie atendió a los gritos de Ana e inmediatamente tuvo una corazonada “busca en el hospital” la aconsejo su cerebro o conciencia,.
Tomaron el autobús que las dejó en el hospital más cercano del barrio, el San Benito. El cual poseía un cartel extraño en la puerta, decía: ‘Hospital, clínica y descanso, todo en un mismo lugar, San Benito, no lo dude, ya lo sabe’.
Tenía mas publicidad que atención y hospitalidad, la seguridad era rigurosa, - regístrense- les anunció un guardia vestido de gris humo.
- Buscamos a la familia Pet ¿ están aquí?- decía Ana, pero no sentía como las palabras salían de su al aire, solo su corazón que galopaba como un caballo salvaje, en peligro.
- Sí, se encuentran aquí- - regístrense- volvió a reiterar el guardia.
-¿Le podría decir que esta Ana afuera que lo quiere visitar?.
El guardia las dejó pasar.
Al entrar Ana vio gente vestida de blanco con la mente en otro lugar...
“ Que no sea lo que me estoy imaginando” les informó a su interior, ellos ya lo sabían.
En efecto lo era, una clínica para tratar enfermedades mentales, Pedro se encontraba allí.
- Tuvo una recaída- les informó el padre a las visitadoras.
-Y eso ¿es grave? – pregunto incrédula Augusta.
- Más o menos, esta vez fue muy fuerte se le complicó con la empapada que sufrió semanas atrás- - ¡en que estaba pensando!.
Ana sí lo sabía, el se arriesgó por ella, y como correspondió ella, bronceándose en el campo, muy divertida.
- Si lo hubiese sabido ¡no iba una mierda!,- “tranquilizate” la calmaba su corazón, “ esta fuera de peligro”, agregaba su sabio cerebro. “ ¿Cómo lo sabes?” , “solo sé que lo sé” respondió enigmáticamente, el órgano.
No sabía si llorar o arrancarse el cabello con sus manos, la calmaba Augusta.
- Ven- le ordenó la chica. Se acercaron hacia donde estaba el padre, con una parsimonia insólita.
- ¿Puede ver a Pedro? – dijo, también con parsimonia
-sí por supuesto- autorizó la madre del chico, señora con cachetes rozados pero con la sonrisa esfumada por la cólera.
Ana abrió la puerta silenciosamente, allí estaba su convaleciente amado, postrado en una cama, con la mirada en otro lugar, al igual que muchos, que vivían ahí.

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Holaa chiicas!! como estan??.Bueno aca le dejamos un capitulo nuevo...espero q les guste muchoo..Y COMENTEN! :) GRACIIAS :D bueno aca le dejo un blog q esta super buena la historia se llama www.romeliacullenydemonsalvatore.blogspot.com

viernes, 18 de junio de 2010

Lluvias ilegales (ultima parte)

Tuvieron que acampar en la galería que poseía la escuela, fueron en total cuatro carpas la que cubrían el lugar.
Inspeccionaban un poco y descubrieron dos ríos uno frío, y otro tibio como la sangre, que corre por nuestras venas. Ana se dio un chapuzón y salió rejuvenecida jugaba, se divertía con su familia, hasta que volvieron los, que estaban constituidos, enteramente, por Pedro.
Volvió a lamentarse, pero esta vez, fue doble el dolor, primero porque no lo habló y segundo porque no se despidió.
Pasaron los días y llegó el momento de volver a la ‘bendita ciudad’, todos estaban bronceados, como imaginó Ana, pero lo que era mucho mejor, felices por esa escapada necesaria para las personas.
En ese lapso de tiempo no tuvo ninguna noticia, acerca de Pedro, ya que allí no había ningún teléfono, lo cual implicaba perder la relación que mantenía con su informante capitalino, Augusta.
Aparecieron en la puerta de la casa como una tropilla de caballos, todos abarrotaron nuevamente, el baño. Ana se duchó y subió ‘fresca como una lechuga’ se abalanzó sobre el teléfono que dormitaba en su antigua mesa e luz, y hablo horas con Augusta.
- Que noticias tenemos Watson- decía con picardía.
- Ninguna Sherlok- respondió Augusta dormida, porque eran las ochos de la mañana. -¿ Sobre Pedro?- inquirió la muchacha, - no pasa naranja- sentenció la otra.
- ¿ Cómo que nada?, no me jodas es temprano, todavía...- se exasperaba Ana.
-¡Ya sabía yo que era temprano! – respondió la dormida en el teléfono. – Al mediodía te informo bien- dijo su amiga, - pero, yo quiero ¡ahora!- gritó Ana.
- Lo único que sé es que hay alguien de los Pet internado en el hospital-, - espero que no sea Pol-, pensó en voz alta Augusta.
- ¡ Oh por Dios!- dijo Ana y se le cayó el teléfono de sus manos. -Adiós- le dijo a espía. Tomo una campera y salió disparando como un rayo hacía la puerta que daba a la calle.
-Nadie sale a esta hora- dijo su padre interceptándola en el pasillo. – Te vas a dormir que quedan varias horas, por suerte, para el mediodía-; - pero...-; - pero nada se me va hacia su cuarto- ordenó su padre.
Ana giró sobre sus talones, envuelta en lágrimas silenciosas y dio un fuerte golpe cuando cerró la puerta de su alcoba, que provocó que la casa temblara.

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Hola chikas coma andan?? Nosotras no publicavamos xq la compu andaba mal y la tuvimos q harreglar y tardo bastante...Bueno pero el problema ya esta solucionado,espero q les guste el capitulo y COMENTEN!! GRACIIIAS :D

miércoles, 28 de abril de 2010


Cenó con su familia, sin hablar nada fuera de lugar y comieron en paz y con una normalidad anormal.
Continuando con la charla, el padre propuso ( o obligó) - Mañana nos vamos de viaje- dijo con tono imperativo.
-¿A donde?- preguntó Ana, - a un lugar hermoso, alejado de esta bendita ciudad- detallaba ‘Don’ José.
Los gemelos se alegraron “ jugaremos mucho” pensaban también a coro, tan solo mirándose a los ojos, Julián y Roberto.
A a las gemelas todo les daba igual si iban al campo o al mar, lo mismo era un viaje, aburrido con sus padres. Comenzaban con la preocupación -no podremos salir de fiesta- se lamentaban, - no te preocupes, nos escapamos y listo- decía convencida Julia, la aventurera de las dos. Úrsula era más tranquila.
Después de disipar las dudas de sus hijos y tranquilizar un alboroto que pasaba la casa de los vecinos, el padre pensó: “¡ y todo esto por un viaje!, “¡que sería una mudanza!”, “me sacrifican”, reflexionaba.
-Empaquen trajes de baño, comida, mucha comida y mañana partimos- sentenció.
El baño de la casa de los Grill, estaba atestado de gente, a toda la familia se le ocurrió bañarse a la misma hora.
Jabón, máquinas de afeitar, perfumes ( masculinos y femeninos), cremas integraban ese lugar, parecía, mas que un baño, una boutique.
Ana no se apresuró en arreglarse, fue para su cuarto, lamentada porque antes, no tuvo el valor de hablar telefónicamente con Pedro.
“ No lo veré hasta dentro de cinco días”, pensaba, “ eso es una eternidad”.
El corazón cortó con el silencio de la habitación: “ no te preocupes tanto, solo son cinco días, Ana”, “ nada taaan sacrificado”, “ al contrario” corrigió el cerebro, “ nos vamos a tomar un ‘break’, que no nos vendría nada mal”.
Luego de charla con sus órganos parlantes, comenzó a imaginarse que estaba en una playa de arenas rubias, y mar de color turquesa, con un sombrero de paja y una bebida hecha a base de ananá, que tenía una sombrilla como sorbete.
Nada más alejado de la realidad.
Llegó el momento de partir, el padre guardó las maletas en la enorme camioneta y dio principio al viaje. Pasaron dos horas y llegaron al tan ansiado y patrocinado. Resultó ser un campo, con una escuelita al fondo, como única construcción, pintada de blanca nube.
Ana no divisó nada alrededor, pasto y más pasto, residuos provenientes de las vacas, que emitían un olor nauseabundo.
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HOLAA chicas como andan? espero q super bien :). Nosotras con poco tiempo por eso q no publicabamos. Bueno espero q les guste el capitulo y COMENTEN asi sabremos si les gustó...:) Chauu ^^

viernes, 16 de abril de 2010

Lluvia, ilegales y algo mas...(2 parte)


Cuando llegaron a su casa, primero la casa de Pedro, que quedaba en la esquina, trataron de nuevo con el beso y otra vez, el infortunado Pol, aguó sus planes.
Ana camino con Augusta, ambas empapadas, hasta la coronilla, pero secas y protegidas interiormente, por los Pet ¿pura casualidad? o ¿pura causalidad del destino?
Estaban contentas, radiantes, enamoradas, pero Ana se sentía como una novia ‘ilegal’ -que importa si mojo hasta los calzones- decía Ana - ¡shhh!- la corregía su amiga- Ana no seas grosera-
A pesar de la felicidad, tampoco Augusta perdía la compostura.
Entrando en su casa la madre la atrapó, como a un oso, con una tela pesada.
- ¡Estas helada, muchacha irresponsable! – ardían los ojos de Virginia, su madre.
- Es agua, no ácido, amor- contestaba por su hija, el padre. La joven entro a su cuarto el cual daba hacia la calle y empezó a mirar al mundo de otra manera.
Las calles llena de agujeros, parecían pintorescas, las plantas de su madre brillaban de verdes, parecían flúo, que con el contraste de un cielo enojado, gris, daban la impresión de un cuadro impresionista de Van Gogh.
Tartamudeando al principio, pero lo logró: “¿cómo te sientes?” Aportó el corazón, “espléndida, pero mojada”, hablaba aparentemente sola, en su alcoba.
“No sabía que te ibas a poner tan cursi estando enamorada”, “me lo hubieras advertido” concluyó finalmente el cerebro.
“Es la envidia” y sé auto sacaba la lengua, Ana.
Se abrió la puerta y entraron las mellizas: - estas muy contento, hoy ¿ o nos parece?- siempre hablando simultáneamente, Úrsula y Julia, - pidan permiso antes de entrar en mí territorio- se apaciguó poco a poco ante aquel atropello.
- No te metas con nosotras que somos dos- reían a carcajadas Julia y Úrsula.
Ana se desvaneció, en la cama, parecía una rosa, regada con rocío del crepúsculo sobre la cama.
Su rostro sé auto iluminaba, produciendo un reflejo, parecido al de las vírgenes.
- Mira Úrsula, parece una virgen- se entusiasmada Julia.
- ¡Ya!, Déjenme de bromas y salgan de aquí- recitó con su rugido habitual.
Cuando logró expulsarlas del lugar como a visitantes no deseados, continuó mirando la ventana, todo seguía maravillosamente bello.
Una niebla rarísima para la época, cubría esa tarde de la República Argentina.
Comenzaron a divisarse los primeros peatones nocturnos uno de ello miró por la ventana, y reconoció el rostro celestial de Ana.
Era Alejo, aquel la saludaba enérgicamente con la mano, Ana le devolvió, el saludo no tan entusiasmada, mas bien por cortesía y pensó; “ Quiero verte ahora, ya, Pedro te extraño”, y agarró el teléfono que esperaba y reposaba en su antigua mesa de luz.
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Holaa espero q le guste el capitulo. Si les gusto comenten, es muy importante asi sbemos si seguimos o no!. Bueno espero q esten bien, eso es todo chauu ^^

sábado, 3 de abril de 2010

Lluvia.ilegales y algo mas... (1 parte)


La pregunta que le hacían sus amigos, integrados por cerebro y corazón, era la siguiente: “¿que es lo que quieres, Ana? Preguntaba filosóficamente el corazón: “¡yo, yo contesto! Respondió alegremente, el cerebro, y continuaba.
“Lo que Ana quiere no es algo, es a alguien o me equivoco”, la interrogaban a la humana, la cual integraban.
“¡Pedro no me quiere!” decía y era seguro, que rompiera en sollozos.
“Tranquilízate, te dijo que después, te explicaba”, la consolaba el corazón, segundos después, proseguía el cerebro “sí, pero ya pasaron tres días”, atinó.
-“Me voy a morir de impaciencia y ansiedad”, decía Ana, mientras se ahogaba en sus propias lágrimas.
Pasado una semana, comenzó el dulce martirio de la espera, mientras se comía las uñas (nunca antes lo había hecho), se escucho, que alguien golpeaba la puerta. Atendió el padre: - quien eres- -identificación licencia de conducir- y salió Virginia, en socorro del recién llegado, que en efecto el, su ¿amado?, Pedro.
-Necesito hablar con Ana- encaró muy seguro de sí mismo. Llamaron a Ana, quien se perfumó, rápidamente ¡cuanto tiempo había esperado!, parecía que iba a declarársele para una boda, nada más distinto a eso. Parecía una confesión de amantes.
Se sentaron en el comedor.
-¿Quién era esa chica?- comenzó con el interrogatorio, policial, Ana.
-Era una amiga...- dijo con temblorosa voz, el interrogado.
-Ella no dijo ‘amiga’, dijo ‘futura’ novia- corrigió Ana (“se te suman años de condena”) pensó Ana.
-Cree que yo soy su novio pero yo le aclare hace rato que nunca lo fuimos- mas que acusado parecía un siervo entrevistado por el señor feudal.
-Ah ¿sí?, en donde lo hablaron, en un restaurante o en un pub- dijo su entrevistador.
-¿De que estas hablando?- decía mitad incrédulo, mitad mintiendo, Pedro.
-Te vi subir con ella al auto, al lujoso- recalcaba la última palabra, Ana.
-A sí que ahora me espías, ¡¡increíble!!-
-No te hagas la víctima si sos victimario- rugía Ana, -resulta que me cerrás la puerta en la cara y yo soy culpable por nada,¡¡ ni espías ni que nada!!
-No vine a discutir con vos, para nada vine a pedirte disculpas- tenía la cara como un corderito a punto de ser sacrificado.
-Bueno, en ese caso te escucho- dijo secamente Ana - tu dirás- .
-A mi familia le importa mucho el que dirán, por eso le gusta que yo salga con Natasha-
-No la mención en mi casa- se altero Ana.
-¿Se me hace a mí o estas celosa?-
-¿Yo celosa de vos?, ¡pero por favor!
Ana sintió como si le leyeran el pensamiento o sentimiento que palpitaba hacía largo ratos en sus poros.
Los órganos parlantes escuchaban sin chistar la conversación.

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Holaa bueno les dejamos un capitulo va hacer largo creemos que tendra tercera parte ;D ;). Espero que se alegren por la noticia xD. Comenten y si quieren que visitemos su blogs escriban en comentarios eso es todo..chauu

miércoles, 31 de marzo de 2010

Una duda!

Holaaas chaicas :) como estan?? mmm espero q sueper bien! Bueno yo no tanto xq necesito pedirles esto: Yo quiero poner en mi blog el chatbox y nose como HACERLOO!! =( Si ustedes me pueden explicar atravez de comentarios o sino a mi email mi_kita21@hotmail.com y si quieren q las recomienden no tengo problema espero una respuesta plis!! :). Ahaa antes q me olvide vamos a subir un capitulo pronto solo q estoy esperando mas comentarios (para sber si les gusta si o no) ademas la escuela me tiene muy cansada. Bueno eso es todo espero q me comenten o escriban a mi email chauuu :)

miércoles, 24 de marzo de 2010

El Después...(2 parte)

Tomó coraje recién, luego de que pasaran dos días, y lo primero que hizo fue contarle todo a su amiga, la distante pero cercana, Augusta. Cuando esta se enteró, casi rompe los platos, justo en ese momento lavaba la vajilla de su casa, compuesta por pequeños vasos, algún que otro tenedor que le faltaba su juego (el cuchillo) o viceversa.
-No lo puedo creer- fue lo único que exclamó, al principio, luego atormentó de preguntas a su amiga, una de ellas le revolví el estómago, el de Ana, provocando su mayor miedo, su sentimiento de odio.
La pregunta problemática que ocasionó, un desastre comparado a un tsunami pero no del clima algo peor de personalidad fue:-¿que te gustó de ese loco?- sin darse cuenta que esa palabra en los oídos de una enamorada, es como un taladro que amenazaba su cabeza, la molestaba tanto que después de romper varios platos salió corriendo, obviamente sin despedirse, y golpeando con su ‘pasionalidad’, el sucucho de casa que tenía su amiga.
Fue allí cuando sintió puntada, patadas, colerones que acababan, en miradas taciturnas y lagrimones grandes, como tapitas de gaseosas.
“Voy a la casa de Pedro” anunció. “Así que prepárense para callarse por lo menos una hora”.
Como ocurre siempre, hasta con los órganos de los adolescentes, la contrariaban en todo, pero que callaron, nuevamente los tres juntos en la puerta de la casa de Pedro, como un baldazo de agua con hielo.
La atendió la madre de Pedro, una mujer con cachetes regordetes, de piel lozana y que le sonreía sin problemas. Por la casa desfilaban los varones que tanto gustaban, sin remeras con el torso desnudo y pensó”: si estuvieran aquí Augusta o mis hermanas se mueren...”. Hasta que al fin llegó él, Pedro, estaba vestido muy bien, con colonia, más precioso que nunca, pero, también tan cortante como nunca lo estuvo.
-Que quieres- se apresuró en contestar. -Puedo hablar contigo, pero a solas-.
Conversaron en el fondo con mucho público observando (madre, padre, hermanos hasta las mascotas, estaban intrigados), Ana se sonrojó.
-Tenemos que hablar, sobre ya sabes que-, dijo Ana, -pero con una condición-: respondió Pedro – con rapidez-, Ana lo miraba extrañado pero no le presto atención, era algo normal que alguien que sufrió eso no quisiera hablar.
-¿Por que te enfermaste?- comenzó Ana.
-Primero fueron alucinaciones, luego, conversaciones, y por ultimo la abstracción total de este mundo, ¿contestado?
-¿Cuáles fueron tus alucinaciones, o, o, conversaciones?- avanzo Ana.
-No te puedo decir eso, es confidencial y me hace daño, tu tiempo se agota...-
-¡¡Cómo mi paciencia!!- grito Ana, la familia siguió observando ese ‘talk show’.
-¡No te importo contármelo y que me traumaras a mí también!- .De repente Ana sintió una mirada fulminante de Pedro que la paralizó, el cerebro, corazón, etc.
-Lo siento, bueno te contaré, para que no te traumes- dijo el muchacho.
-pero con otra condición- -¿cuál es?- se apresuro consternada la adolescente.
-cre-í-a que podía hablar con mi cabeza, que me hablaba mi conciencia-. Cuando termino la ultima silaba, en el cuerpo de Ana se divisaba una blancura espectral, como si se hubiesen absorbido su sangre.
Casi se desmaya, cuando la familia le trajo una silla se siente, ya que estaban pendientes de todo el espectáculo.
Pedro la sujeto por la cintura, y sintió un calor que lo hacia abrazarse más a ella. Siguió mirando su reloj, entre apurado y preocupado.
Tardaron unos quince minutos en verificar que Ana se encuentre bien.
Cuando dieron él Ok, los padres, hermanos y mascotas de la familia de Pedro, paró un lujoso auto en la puerta de los Pet.
Todos salieron atropellándose excepto Ana que tomaba agua con azúcar para recomponerse por completo.
Hasta que entro una muchacha precedida y escoltada además de guiada por toda la tropa de hermanos de Pedro y con él, sonriente a la par.
En un instante pareció que a Ana le salieron pesuñas, pero fue una alucinación del alocado Pedro.
La muchacha en cuestión era muy fina algo regordeta y vestida de cabellos a pie con marcas de lujo, se presentó, le dio la mano a Ana y le dijo con una farsante sonrisa -que tal soy la futura novio de Pedro- Ana creyó que iba a matarla pero lo único que hizo fue no darle la mano.
Cuando lo hizo, Pedro la volvió a tomar del brazo y la llevo hacia la puerta que conectaba con la calle, le dijo:-después te prometo que te explico- y le cerró la puerta en la cara, Ana se quedó esperando detrás de una pared, Ana no pensó pero en su casa también la esperaban, no su príncipe azul, sino su padre que se puso de ese color por la hora en llegaba a la casa.
Lo vio salir junto con ella tenía puesto mucha colonia y mas arreglad, “estaba lindo” dijeron sus adentros. “Arreglado” pensó el cerebro.
La muchacha regordeta y mirada farsante subió al auto lujoso acompañado por su amado Pedro quién tenía una mirada, entre suspicaz y diferente.
Los problemas comenzaron a aparecer como por arte de magia, se multiplicaban y fortalecían, pero había que hacerles frente:-el pecho a las balas- replicaba su madre.
Sus padres se desenojaron rápidamente.
Ana estaba shockeada pero lo extraño era que se sorprendió por la forma en la que la trató, Pedro, en ese momento, cerrándole la puerta de la casa la cual también representaba su corazón. Siguió haciendo mandados, pero ni giraba un centímetro su cabeza cuando pasaba por la casa de los Pet.
Ana era una muchacha trigueña, latinoamericana.
Muy idealista y ‘poliquera’ como lo defendía orgulloso su padre. Su pelo parecía una cataratas de rulos que bañaban su espalda no era ni gorda ni flaca mas bien, esbelta, se vestía bien solo para ocasiones especiales o salidas al centro con sus amigas.
Fue en una de esas salidas que se encontraron con un amigo de la infancia, Alejo, este ser humano transmitía una confianza inmediata, dotado de una amabilidad, simpatía y buen humor incomparable, desde hace años que amaba a Ana pro nunca tuvo el valor que se requiere para expresar sus sentimientos.
Aunque se esforzaba para que Ana no sospechara nada, siempre se le escabullía una miradita o sonrisita algo extraña cuando se trata de un ‘amigo’..
Parecía ingenua pero Ana no tenía ni un cabello ni una gota de sangre que representara esa personalidad. Sabía o presentía, lo que Alejo sentía por ella esto creaba un mecanismo contrario a todo razonamiento o lógica. Lo lógico hubiera sido que a Ana le agrade su ‘amigo’, pero nada de eso, se sentía terrible, porque no le correspondía con ese sentimiento.
Su mente daba círculos imaginarios en su cerebro (conciente y sub.), mientras que el corazón, era totalmente indomable.

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Bueno es un capitulo bastante largo =) espeo q les guste,perdon x no publicar antes pero comensamos la escuela y me lleva todo el tiempo :(. Les prometo que voy hacer lo posible x publicar antes no voy a dejar pasar tanto tiempo. Y de vuelta les digo GRACIAS POR VOTAR! encerio cada vez q vemos un voto nos da mas ganas de seguir con esto! Y SIGAN votando...Bueno los dejo y espero q esten bien! Chauuu...

domingo, 14 de marzo de 2010

El Después...

Los días transcurrían con la normalidad habitual es decir, veinticuatro horas, pero para Ana le parecía que duraba más, veinticinco, veintiséis, lo mismo le daba igual.
No sabía bien porque se trastornaba, e incluso, mucho mas que su trastornado amado. Esa compresión, para nada trivial, le provocó un mal augurio, un sabor amargo en la boca que catalogo como TRISTEZA.
“Si era eso” pensaba pero su anatomía no lo creía, entonces tenía rivales a quien enfrentarse y lo peor, ganaban por mayoría.
Primero comenzó el cerebro con sus sermones, Ana le puso un sobrenombre, algo redundante: ‘la voz verdadera y racional de la conciencia’. Bastante complicado como lo había sido todo, en toda su vida.
Hasta el amor uno de los sentimientos mas ansiados por el hombre, luego sigue la felicidad, la cual o viene con el amor o ese mismo sentimiento lo acarrea.
Pedro también padeció, pero esperaba ansioso, el después de su declaración.
Compartía las cosas que le pasaban con su hermano Pol.
Estaba tan empecinado en que no se había equivocado con su elección, (Ana), que espera tranquilo, por su espíritu apaciguado artificialmente por las pastillas tranquilizadoras.
El después para Ana se vio tan nítido como un DEJA VÙ. “Tengo que preguntarle porque se volvió loco” resolvió Ana.
“No se dice loco”, lo corrigió su cerebro laborioso, “mas bien esquizofrénico, que es aún peor”, transmitía en onda su malicia, ese órgano.
“Es por envidia que te dice eso” replicó el corazón, “cállense, por favor parecen humanos”; “ y lo somos”, dijo el corazón, satisfecho.
“Error”, rugió Ana, imitando una chicharra. “Son partes de mí, o sea el humano, solo son órganos” sé auto consolaba Ana.
“Tengo curiosidad” dijo sin preámbulos el cerebro. Y contestó el corazón: “curiosidad de que, ya esta todo bastante claro”. Prosiguió el cerebro”: por que se volvió es-qui-zo-fré-ni-co detallaba hasta en las sílabas su gozo, el cerebro.
-Es verdad- se sorprendió Ana; -tengo que averiguarlo- atinó a decir.
Parecía un círculo vicioso, del que no se sale más, comenzó con la mirada distinta, que cautivó a Ana y desarrollo una fuerza brutal, que terminó con el fin del misterio: la esquizofrenia. La cual fue una semilla para que germinara, nuevamente el misterio que caducó en el Por que de ‘ese problema’ como prefería llamarlo Ana, despatriarcando a una palabra fría y cual, ya rotulaba como enfermedad mental.
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Holaaa bueno,antes que nada LE AGRADECEMOS A LO Q VOTARON!! SIGAN HACIENDOLO :), esperamos q les haya el capituloo :D. Comenten (no se olviden jajaja) bueno eso es todo chauuu...

viernes, 5 de marzo de 2010

Madurar..¿Qué es eso?

Ana tenía diecisiete años cuando experimentó ese sentimiento pasional, como sentía regularmente ella, pero esta vez se dio distinto, o diferente, al igual que Pedro. Pero, que a su vez, algo la recubría podría ser una manta que protege del invierno, pero no lo era.
Era el misterio esa necesidad de investigar y descubrir (algo positivo preferiblemente), que encierra al ser humano como mayor importancia, o que ocupaba un lugar exclusivo en su corazón, y por ende en su cerebro.
Estaba experimentando un romance que duraba algunos minutos, como sus mandados pero que bastaba para satisfacer a su espíritu joven de la energía e irracionalidad de un romance adolescente.
Como estaba de vacaciones, tenía mucho tiempo para divertirse. Tenía mas amigas en su escuela, pública, que en su vecindario, una sola, tan complicada, fría y callada, Augusta.
Augusta era una más de la familia numerosa, esta adolescente también de diecisiete años.
Pero incluso ni ella sabía de los nuevos sentimientos de amor hacia Pedro, mezclado con misterio, quien también (o eso parecía) corresponderle.
Ni el vecindario se daba cuenta de ello.
Pedro era un adolescente mucho más maduro que el resto, por eso no tenía muchas afinidades, el fútbol nada más con sus contemporáneos del lugar.
También tenía hermanos no tanto como Ana, tenía tres mas él eran cuatro. Todos eran varones, no era de extrañarse que se viera pasar por la casa de los Pet muchachas maquilladas, perfumadas, para despertar el amor de ellos.
En ese aspecto Pedro y Ana tenían muchas cosas en común, pero eran cosas del espíritu, cosas no frívolas, al contrario eran personas idealistas, que querían cambiar al mundo, un mundo ya cambiado, pero para mal (lo que era peor decía Pedro).
Continuaron viéndose todos los días, las semanas pasaban, y ellos mas entregados estaban al romance, hasta que se produjo, lo que debía suceder cuando se cuentan cosas: una confesión paralizante, y reveladora.
Esa misma revelación quitaría para siempre ese halo de misterio que tanto gustaba a Ana de Pedro.
- Soy una persona loca- irrumpió Pedro, - eso ya lo sabía- dijo Ana – no, en serio, soy loco- se desarmaba Ana de la risa, cundo noto en el cuadrante de Pedro esa mirada con toques de suspicacia, que ya había notada antes. –exprésate bien- fue lo único que se le ocurrió decir a Ana.
-Estoy medicado- dijo Pedro, con toda tranquilidad
-¿cual es tu dolor te quebraste o algo? Decía Ana, no queriendo saber la verdad pero su amado secreto prosiguió.
-tomo pastillas para no volver a pasar...- y terminó ahí. Ana le indicó que siguiera la historia y así lo hizo: -por lo que pase- - ¿y que fue?- respondió instantáneamente Ana, -fue la esquizofrenia-.
Se volvió a producir un silencio unánime hasta su cerebro y corazón callaron al mismo tiempo, y eso que estaban desafiándose a duelo.
Ana se despidió con un beso en la mejilla, ella la sintió, tensa, húmeda, algo sudada, pero convencida de que estaba helada.
No regresó inmediatamente a su casa ni se consoló con Augusta se sentó en un banco de la plaza del vecindario, que estaba sucia con moscas y basura, como su conciencia.
Comenzó el corazón: “pero si te gusta”, “me encanta” corrigió Ana “cual es el problema, esta curándose, por eso se medica, ¿o no? “La esquizofrenia no se cura, se acepta” fueron las sabias palabras del cerebro.
“Eso ya lo sé, y si un día me levanto lo busco y esta en el loquero, o peor esta en este mundo y no me reconoce” razonaba.
Su cerebro alcanzó a decir: “hasta el amor, por mas raro, que parezca te hace madurar”; “no hay que madurar para votar, únicamente, pero, se necesita para comprender que es lo que yo siento y ese sentimiento es lo suficientemente poderosa como para jugárselas por alguien” sentenció el intelectual cerebro.
“No puedo creer que lo diga, pero tiene razón, ese órgano insensible” apoyó en su discurso su corazón.
Y Ana en las dos cosas que pensó fueron:
1)- ¿Madurar... hasta por alguien a quien se ama?, ¿vale la pena?
2)- Todos mis órganos se pusieron de acuerdo... ¡Increíble! exclamó a viva voz Ana.


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Bueno antes q nada HOLAAA como estan??mmm espero q super bien :). Sory x la tardanza, pero como un "regalito" es un capitulo LARGOO wiii :).Les quiero pedir algo (ya sé q es mucho) es q voten en la encuesta o sino a donde dice interesante o feo!. Es para saber si les gustaa :) (mmm espero q si).Bueno eso es todoo (las dejo d molestar jajaja)...Chauuu...

martes, 2 de marzo de 2010

La Familia Capitulo 2

Su familia estaba constituida por su padre, técnico químico don José y su madre, Virginia la cual era maestra.
Tenía cinco hermanos mas con ella eran seis todos ruidosos y distintos por más que sean iguales como los gemelos, grandes deportistas, y las gemelas dos en una.
No tenían muchos parientes, algún que otro tío.
La economía era buena, pero algo raro para el entorno, ya que en esa época las madres no solían llevar, al igual que los padres, el pan al hogar.
La casa de los Grill, era igual a las del vecindario tenía muchas plantas, que su mamá se empecinaba en que vivieran a pesar de que el entorno se empecinaba en que así no fuera.
Sus padres no eran personas muy liberales, pero tampoco castradores, ni mucho menos. El sexo era un tema tan normal para los Grill, como el clima, o sea, que no se lo consideraba un tabú.
Ana podía hablar con su madre hasta un cierto punto, porque sino ella comenzaba con los sermones:- sos muy joven todavía – razonaba su madre – tenés que hacer esto: ser amiga de todos, novia de ninguno- parecía rejuvenecer y pensar en su juventud cuando se disponía a charlar sobre muchachos. El rostro de Virginia se iluminaba y oscurecía, alegraba y entristecía, porque su hija ya no era una pequeña.

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Bueno este es un capitulo corto lo sabemos, pero esperemos q le guste... :). Comenten!! plis!

miércoles, 24 de febrero de 2010

CEREBRO Y CORAZÓN (parte 2)

“Jua jua se me hace que alguien se ha enamorado, ¡ups!” se burlaba el corazón “¡nada de eso! esta confundida” replicaba el cerebro.
Ana se sonrojó, agradeció y salió corriendo para su casa. Mientras tanto, Pedro la miraba, con esa mirada distintiva pero que ahora estaba tranquila.
Dentro de sus ojos también asomaba el amor.


Llego a su casa toda sudada, la interrogaban: -¿te asaltaron, que ocurrió?- - nada, nada, quería hacer ejercicio- fue la mentira más blanquita que se le ocurrió.
Desde ese entonces estuvo pensando en Pedro todo el día, con sus horas, minutos, segundos y milésimas.
Su espíritu no cambio en absoluto aunque estaba más alegre, más hacendosa, diría su padre.
Pero a pesar de todo, necesitaba más, es que es así, “el amor es una pócima adictiva o peor una droga, se prueba un poco y se quiere más y más” razonaba y explicaba su cerebro, “no sea tonto es algo hermoso, no tan complicado” dictaba su corazón.
Ana reaccionó, ¡hablaba con su cerebro y corazón! -¡oh Dios mío!- pensó -¡hablo con mis órganos!, Se respondió a sí misma.
“¡Que niña tonta! hablo con mis órganos” se burlaban ambos.
“siempre lo hiciste” decían, -¡mienten!- replico Ana -nunca me paso hasta que...- . Se produjo un silencio unánime, como cuando se descubre o se recuerda algo olvidado en las arenas movedizas de la memoria.
-...Hasta que conocí a Pedro- “¡colon descubrió América!” Estallaron de risa los órganos “jaja” gritaban y se escuchaban ecos, sonidos que salían del interior de Ana, como otras voces, no suyas, sino ajenas.
Los padres observaban detalladamente a su hija y definitivamente estaba extraña, diferente.
Siguió haciendo viajes para comprar y siguió viendo y sonriendo (ambos lo hacían) a Pedro.
Pasaron semanas y resolvió hablar con él, pero su cobardía, la cual representaba el cerebro, no se lo permitió ni su corazón que resultó muy antiguo, y contundente: “las damas no deben hacerlo primero”, dijo. Ana los escuchaba con mucha atención, y lo resolvió por sí sola. -“Lo haré”-dijo en plena cena familiar. -¿Que tienes que hacer?- dijo su padre y continuo su madre, hermanos, hermanas hasta el perro, creyó Ana que se lo preguntó.
-Nada, nada jaja- comenzó a reírse, nerviosa Ana.
-Nada no es una respuesta válida-le dijo su madre, un poco consternada.
-Bueno está bien- prosiguió.
“¡¡Queeee!!” dijeron sus adentros (o sea corazón y cerebro).
-¡¡Shhh!!- exclamó.
-“Ana no nos calles así”-dijeron sus hermanas mellizas, a coro.
-Quero practicar un deporte-.
-“¡Uff! Nos salvamos” dijeron cerebro y corazón.
-Bah era eso- se tranquilizó su padre y familia, también.
-Tramito todo y... el lunes seguro comienzas, ¿cual querés?
-¿Cuál que? Contesto Ana, entre aburrida y sorprendida.
-Cuál deporte ¡¡hija!!- dijo el padre, hablando mas con sus gestos de las manos, que con su boca.
-¡Fútbol!- gritaban desaforados sus hermanos, gemelos, esta vez.
-¿Están locos o que? ¡¡Ninguna hija mía jugará jamás ese deporte de puercos!!- estallaba Virginia su madre.
-No, nada de eso mamá- la tranquilizó Ana a su madre- - prefiero natación- dijo ella.- Son muy ‘chetos’ y caretas- respondió su hermana la cual no nació con su par, al igual que Ana.
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Bueno aqui se termino el priner capitulo y si quieren mas haganlo saber :P :)... gracias!! Esperamos de mente y corazón que les guste...

lunes, 22 de febrero de 2010

CEREBRO Y CORAZÓN
En un lugar donde los opuestos reinan, es decir, cuando hace calor las lágrimas que nuestra piel expira mas conocidas como transpiración, corren por nuestros rostros.
De pronto una llovizna o tormenta nos obliga que cambiemos nuestra vestimenta, a tal punto, de usar abrigos en pleno enero.
Allí transcurre esta historia de amor, un amor cobarde y por ende doloroso.
Ana nunca logró que sus sentimientos no fueran pasionales. Cuando odiaba lo hacía con toda la fuerza de su persona, no ocurría constantemente pero se representaba con esa fuerza. En el amor igual o incluso peor porque era pasional mezclado con una ternura que se encendía en el inconsciente pero que nunca pudo salir de ahí. El exterior poco sabía de eso, la gente decía: esa chica tiene el corazón indescifrable. Allí radican sus equivocaciones, no era su corazón, mas bien su cerebro.

Un día antes de navidad, caluroso y sofocante sale a la calle a comprar víveres, caminaba, cuando comenzó a sentir una mirada persistente proveniente de alguien.
Ese “alguien” resultó ser varón, tenía ni mas ni menos edad que ella. Conocía a todos los chicos donde vivía pero este tenía algo distinto.
En verdad que lo era, su esencia o carácter o persona eran diferentes.
No era bello, de pelo rubio que lucía extendido hacia atrás, algunos mechones de pelo desobedecían su peinado.
El pelo rubio cubría su cráneo, de una interesante forma que lo distinguía aun más.
No seguía la moda, vestía jeans gastados, remera ancha, no llamaba para casi nadie la atención de las muchachas, salvo para ella, Ana.
Esto ocurrió en poco tiempo pero quedo grabado más de lo que ella esperaba.
“Tengo que averiguar su nombre” fue el primer pensamiento que suscitó su cerebro, y su corazón “no es tan feo...”
Los dos órganos de la anatomía librarían, luego una feroz batalla: EL AMOR.

Todavía no lo sentía lo que más le llamaba la atención era ese halo de diferencia que la conquistaba secretamente.
Lo que no conocía, es a qué se debía, cual era su origen, fuente y su inevitable descubrimiento que tarde o temprano, tenía que descifrar, al igual que el nombre, de quien tanto pensaba su indescifrable corazón y su poderoso y secreto cerebro.
A partir de ese momento Ana comenzó a mostrar un gran interés, en aspectos domésticos, la madre decía: ¿quién quiere ir a comprar? , y Ana corría desde cualquier lugar donde sé encontrase para complacer a su madre o así misma: ¡Yo voy! Rugía.
Cuando comenzó a caminar sentía cosas raras “mariposas en la panza” afirmaba su corazón “¡no, no!” gritaba su cabeza
Y su cerebro “queremos conocerlo intelectualmente” afirmaba.
¡Cállense los dos! gritó Ana, cuando sintió que una persona, estaba a su lado.
Era él estaba igual que siempre un poco más taciturno que de costumbre.
-toma, se te cayó esto-, le dijo, y le sonrió con suspicacia.
-¿gracias?..- contestó ella -¡ah! soy Pedro- dijo y volvió a reír extrañamente.
Dentro de su interior comenzaba a librarse una batalla, cerebro corazón se batían a duelo.
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Publicamos este pedasito para ver si les gusta pero tenemos mucho mas :).... comenten y comentaremos! :)